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Nerea de Ugarte y Emilia Vergara, fundadoras de Niñas Valientes: “La educación es la clave"

Las activistas se conocieron trabajando en colectivos feministas, donde se sentaron a conversar y llegaron a la conclusión que necesitaban llegar a los establecimientos educacionales, así prevenir las violencias que sufren las mujeres desde la niñez. Hoy a cinco años del nacimiento del proyecto, comentan sobre sus inicios, desafíos y el crecimiento que ha tenido la fundación.

¿Cómo y con qué fin se creó la fundación?

“La Fundación se creó el 2018 a partir de la experiencia que tuvimos en el activismo feminista en colectivos de mujeres adultas”, relató Emilia Vergara, quien trabaja como Youth Funding Officer en el Plan International Global Hub y que ahora forma parte del Directorio de la fundación.

 

“Si realmente queríamos atacar estas consecuencias que nosotras vivíamos como mujeres adultas, era importante desarrollar un proyecto que  permitiese abordarlo junto a niñas, niñes y adolescentes.  Nos dimos cuenta de que la educación es este motor de cambio social”, añadió.

 

Ambas tienen puntos de vista en común en cuanto al nacimiento de Niñas Valientes.

 

Nerea de Ugarte, psicóloga con 12 años de experiencia trabajando en temáticas relacionadas a equidad de género y parte del Directorio de Niñas Valientes, comentó que la idea surgió “desde la experiencia del activismo. Percibimos la importancia de visibilizar, concientizar y sensibilizar sobre cómo las fuentes de aprendizaje social inciden en la identidad de les niñes, en la educación socioemocional, en el pensamiento crítico y en la equidad de género”. 

 

“Pensamos: ‘No basta solo con visibilizar y denunciar la problemática, necesitamos intervenir’. No podíamos quedarnos en la intervención, sino que teníamos que entrar en la parte de prevención y promoción. Niñas Valientes surge para incidir en los diferentes sistemas socioeducativos y no llegar tarde”, agregó.

Dentro del activismo feminista, ¿qué influencia tiene una fundación como Niñas Valientes?

“El rol de una organización como Niñas Valientes es clave. Porque es sumamente importante generar instancias de participación y relevar la voz de niñas, niñes y adolescentes en cuanto a igualdad de género (...) es fundamental porque no podemos olvidar la necesidad de una educación no sexista y el trabajo que hace la fundación apunta a eso y se hace cargo de una problemática que hemos olvidado durante mucho tiempo”, opinó Emilia.

Por su parte, Neres cree que “la influencia de fundaciones u organizaciones como Niñas Valientes es grande. Desde organizaciones y colectivos, se busca crear conciencia social e incidir en políticas públicas con el fin de garantizar justicia, una vida sin violencia, una educación no sexista y una ley que promueva la educación sexual integral. Aunque, una fundación como Niñas Valientes, va un paso más allá. Buscamos la prevención y estar desde la infancia, llegando tanto a quienes forman a esos niñas y niñas como a quienes crían, y a los mismo niños, niñas y niñes”.

 

¿Cómo se ha transformado la fundación a lo largo de estos años? ¿Por qué fueron necesarios estos cambios?

Emilia comentó que “han habido transformaciones muy positivas. Lo importante es que la misión y la visión no ha cambiado. Obviamente con enfoque en educación (...) Otra transformación tiene que ver con nuestra metodología y nuestro modelo de trabajo. Hemos sido capaces de madurar una forma de trabajar que responde a las necesidades de las comunidades con las que trabajamos. Eso lleva a uno de los mayores logros, a mi juicio,  que se da cuando se lanzó la Red Niñez Valiente, que es la consagración de lo que veníamos buscando hace tanto tiempo: trabajar de la mano y de manera  significativa con niñas y jóvenes”.

 

Por su parte, Nerea recuerda que “se ha transformado a lo largo de los años en muchos aspectos. Desde el equipo, porque en un principio éramos solo dos, la Emi y yo, a cargo de todo lo que se hacía en la fundación. Esto limitaba poder llegar a más gente. Hoy en día hay un equipo muy grande, liderado por Carla, con muchas practicantes. Me parece fundamental y hermoso ser un espacio de formación también con perspectiva crítica y de género (...) También hemos cambiado de intervenciones focales, como charlas o talleres, a programas que buscan incidir en el sistema educativo completo. Esto obviamente marca una gran diferencia porque entendemos que una sola charla no va a generar cambios fundamentales en el sistema”. 

En estos 5 años ¿qué obstáculos encontraron y cómo los superaron?

Emilia relató que “al inicio tuvimos la dificultad de que esta temática generaba mucha resistencia. Hace cinco años atrás la sociedad pensaba de maneras distintas (...) En las escuelas, si bien está siendo una demanda de algunas personas, no era algo transversal hablar de educación no sexista”.

 

La pandemia también fue un periodo difícil ya que hubo “una situación mundial que quitó del foco todo lo que veníamos haciendo en materia de género. Además, como ya no éramos prioridad, empezó a impactar en la posibilidad de ciertos proyectos de financiamiento”, dijo Emilia. 

 

Enfatizó en que estos desafíos los superaron “aprendiendo, escuchando, recogiendo la experiencia de otres y pidiendo ayuda. Pero lo más importante es trabajar en colectivo, ahí está la clave de cómo hemos podido sobreponernos a muchas de las dificultades. En esa línea el equipo que hemos formado ha sido la pieza más importante a lo largo de estos cinco años. Hemos sido capaces de reunir gente increíble y que nos ha ayudado de manera colectiva a superar las dificultades”.

Niñas Valientes cumplió 5 años ¿Cómo te imaginas los próximos 5?

“Me la imagino en un rol fundamental en una nueva política de educación no sexista, facilitando espacios, en terreno, como ya lo hace, acompañando en las comunidades educativas. Continuar en la consolidación de ese modelo educativo (...) me la imagino como una de las organizaciones más relevantes en reunir a niñez y jóvenes activistas. Me lo imagino como un lugar que va a poder proporcionar espacios seguros, que va a poder marcar pauta a otras organizaciones. Me imagino a Niñas Valientes como una gran plataforma que reúne y convoque a estas jóvenes activistas”, comentó Emilia.

 

Por su parte, Nerea dijo que se la imagina “siendo parte de las mesas de discusión del Ministerio de Educación. Incidiendo directamente en cuáles son las necesidades de la perspectiva de género en la educación. Necesitamos pensar en las diferencias estructurales que existen en la socialización de las niñas y niños, en los espacios de participación de las mujeres, en la salud mental, la salud general y en los espacios de toma de decisión de lo público y lo privado (...) Imagino un futuro donde exista la libertad de habitar el mundo sin los sesgos de género y exista una conciencia integrada en los niños, niñas y niñes para que la necesidad de diferenciación o de pertenencia no conlleve una problemática violenta ni tenga consecuencias en la salud mental”.

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